He aquí vuestro rey

 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!  Juan 19:14

El mesías.

No había pasado demasiado tiempo de aquella vez en que alimento a 5000. Estos inmediatamente quisieron nombrarlo rey, mas Jesús rechazo la propuesta. Hace algunas horas su entrada en Jerusalen fue la entrada de un rey, pues el pueblo así lo deseaba.

Los lideres religiosos y las clases altas judías en cambio querían verlo muerto. Jesús hablaba en favor de los humildes y pecadores mientras que condenaba a los religiosos y acaudalados de la mala condición de la nación. Así es como en sus corazones deciden matarlo.

Apresan a Jesús y lo condenan a muerte. Pero ellos mismo no pueden matarlo según la ley romana en el momento. Por tanto deben entregarlo a las autoridades romanas para que lo condenen.

Así es como Jesús llega ante Pilato.

Pilato comprende la situación; está ante un hombre santo. No solo eso, también su gran cantidad de seguidores son testigos de que es profeta y la actitud cobarde de los religiosos levanta demasiadas sospechas. Desea por cualquier medio desligarse de aquella responsabilidad.

Primeramente da autoridad a los religiosos para que ellos mismos lo crucifiquen. Lo cual es rechazado por estos religiosos que no tienen valor para hacerlo por ellos mismos. Es aquí donde quizás Pilato toma una decisión extraña: Aceptar a Jesús como rey de los judíos.

¿Que es esto? Seguramente nunca hasta ahora lo habías visto de esta manera.

El rey de los judíos.

Primeramente debemos recordar que un rey judío no seria algo imposible de alcanzar. Pilatos conocía a Herodes el entonces rey y probablemente sabia que la matanza de los niños en Belén tenían conexión directa con el mesías prometido, el rey de los judíos. Lo que es seguro es que Pilato sabe que Herodes es un rey inútil. Nada ha hecho Herodes para traer paz en Israel, al contrario solo causa malestar y es por esto que Pilato debe quedarse vigilando constantemente aquella provincia.

Imagino que para Pilato un mesías como Jesús era la salvación para los judíos y para él mismo. Un mesías que en lugar de enseñar la guerra enseña la paz. Un mesías que lejos de la rebelión invita a pagar al cesar lo que es del cesar. Un mesías que lejos de generar malestar en el pueblo inspira respeto, santidad y mansedumbre. Un mesías que enseña a llevar una doble carga. Un mesías que en lugar de esconderse para generar revueltas está allí frente a él sin mas que entregarse a la voluntad de Dios. Un mesías cuyos discípulos saben que está dispuesto a morir como un cordero por amor a su pueblo. Ah! Que rey tan perfecto para Pilato, lejos, demasiado lejos de aquel rey denigrante en el que se convirtió Herodes. Jesús es el mesías perfecto.

Quizás dejando en claro la humanidad de Jesús logre calmar los ánimos violentos; ordena azotarlo y luego dice: ¡He aquí el hombre! Pero los religiosos insisten en matarlo. Su plan de liberar a Jesús está fallando. Debe tomar el control.

Pilato habla con Jesús y cada vez se convence mas de que es un hombre santo, un hombre de Dios. Pero los religiosos saben que si Pilato suelta a Jesús, Jesús contará no solo con el apoyo de sus discípulos, sino también, con la simpatía de Pilato. Será cuestión de tiempo para que Jesús, el enemigo de los verdaderos opresores, sea coronado rey de los judíos. Pilato intenta dejarle libre pero la muchedumbre de afuera está dispuesta a revelarse contra él alegando:  Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. 

De pronto Pilato sale con Jesús y se sienta en el tribunal para dar su veredicto final. Junto a él está Jesús. Yo imagino que lo observa y queda aun mas atónito; está completamente entregado a la muerte, a las manos de Dios como un cordero al degüello. Sabe que Jesús elije morir por alguna causa. Entonces mira hacia el frente y ve la cara de estos religiosos que lejos de la piedad, reflejan en sus rostros al mismísimo demonio y entonces comprende que Jesús morirá de cualquier forma, solo es cuestión de tiempo.

Imagino su transpiración corriendo por todo su cuerpo. El desprecio hacia este pueblo rebelde aumenta a cada segundo. Debe odiar tener que matar a Jesús en lugar de a ellos. Pero tiene que tomar una decisión y está allí sentado en su tribunal para hacer uso de toda su autoridad como prefecto en nombre de cesar. Junta todos sus sentimiento en un instante, respira hondo y declara: ¡He aquí vuestro rey!

El relato de Juan continúa de está manera:

 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito. Juan 19:15-22

Es increíble. El sueño judío a un paso de hacerse realidad pero la oscuridad de unos cuantos lo hecha a perder. Es claro que fue la voluntad de Dios pero desde el punto de vista humano es increíble.

¡He aquí mi rey!

Existen mas de una hipótesis de lo que pudo realmente pasar en esos momentos por la cabeza de Pilato. Está es una interpretación que yo hago basado en el evangelio de San Juan, con tintes de mi imaginación.

Lo que he escrito, he escrito. Y lo eh escrito para que sepas que Jesús es mi rey.

La Biblia enseña como luego de su resurrección Jesús fue coronado rey en el reino de Dios, y toda potestad le ha sido dada en los cielos y en la tierra.

Tú puedes aceptarlo o no. Puedes seguir con tu vida y ambiciones como si el no fuera otra cosa que uno mas que paso por está vida y volver a crucificarlo una vez mas por tu rechazo. O puedes reconocerlo como rey de tu vida y tu libertador.

Yo no he estado físicamente cara a cara con el como lo estuvo Pilato. Pero de solo conocer su historia, su doctrina y sentir su espíritu en mi vida he quedado tan fascinado que no puedo hacer otra cosa que reconocerlo como el mesías santo y mi rey.

Deja entrar a Jesús en tu corazón y sin lugar a dudas tú también dirás: ¡He aquí mi rey!

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