Un fuego ardiente metido en mis huesos.

Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Jeremías 20:9



Quizá te haya pasado como a mi que algunas veces se te viene el mundo encima. Pero no me refiero a esas veces en que solo la fe parece poder salvarte y te aferras a Dios convencido de que Él te va a dar la victoria. Quiero ser sincero y referirme a esas veces en que sentí que fui derrotado; el problema me superó y no se va. Es un sentimiento que abruma.

Mas estoy convencido como ustedes saben que el Señor siempre está ahí llamándonos, y nosotros respondiendo. Aun completamente perdidos y sin fe respondemos, no podemos evitar responder porque le amamos. Aun cuando ya parece no quedarnos nada, nos queda ese fuego ardiente metido en los huesos.

Para entender de que les habló quiero compartirles este pasaje que no es tan conocido como a mi me gustaría, porque me encanta esa palabra " Un fuego ardiente metido en los huesos".

EL lamento de Jeremías.

Cuanto deleite debía sentir Jeremías de ser escogido, de tener la palabra de Dios en su boca. Recordaría por la eternidad aquel día en que siendo el pequeño, Jehová lo llamó a proclamar su palabra.

Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones".“¡ah, Señor Jehová! He aquí no se hablar porque soy un niño” – dijo Jeremías inocentemente.
“No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte” – dijo Jehová.
Y Jeremías creyó. Jeremías cap. 1

Pero las palabras para Israel fueron en verdad duras. Desde los sacerdotes hasta los mas humildes estaban en pecado contra Jehová. Las palabras de Jehová fueron duras contra el pueblo.

Todo Israel comenzó a odiar a Jeremías. Y Jeremías no podía controlar la situación sin lamentarse ante Jehová por sus sufrimientos. Un día Pasur le pone un cepo y esto trastorna a Jeremías quien ahora profetiza lo peor para Pasur y Judá, y la opresión era cada vez mayor.

Entonces Jeremías hace este lamento de lo más profundo de su corazón:

Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Jeremías 20:7,8

Es un lamento por sentirse abandonado por aquel a quien más ama en su vida. Como si dijera: Dios mío ¿Por qué me hiciste amarte para luego abandonarme y avergonzarme? Se siente afligido en extremo. (ciertamente aveces pasamos por esto)

Mas aun en ese momento sabe que no puede escapar de su verdad mas profunda: amó, ama y amará a Jehová con todo su corazón hasta el fin de sus días. Es un fuego ardiente metido en los huesos.

Un fuego ardiente.

Jeremías es un escogido de carne y hueso abriendo su corazón a Dios, descargando su lamento en su soledad y su dolor por no sentir la protección de su amado.

Y en su lamento dice:

Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Jeremías 20:9

Ah! Cuanta sinceridad de Jeremias! Porque es en ese momento de amargura, hasta la desesperación, cuando comprendemos esta verdad tan grande: No podemos sufrir el separarnos de Él, sencillamente no lo soportamos. No podemos alejarnos de ÉL pues es un fuego ardiente metido en nuestros huesos.

Entonces ese fuego, esa pasión por Dios, reanima a Jeremías:

Traté de sufrirlo, y no pude.

Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.

Y Dios no abandonó a Jeremías. Él siguió poniendo su palabra en la boca de Jeremías. Y nuevas amenazas pudo enfrentar el profeta, mas hasta su muerte fue fiel. Y también el Señor fue fiel pues cumplió sus profecías dadas por boca de Jeremías.

Porque Dios sabe y permite que suframos y erremos para su gloria. Siempre pongo de ejemplo a Pedro quien fue destinado a negar tres veces a Cristo mas en su dolor mas profundo fue confirmado tres veces como amado del Señor porque de Él es la victoria. Ah! Dios bendiga por siempre y siempre y siempre a sus escogidos!!!

Conclusión.


Se que muchos hemos pasado por crisis como la de Jeremías y que muchos la están pasando en este momento. Sus corazones están afligidos, no pueden evitar sentirse así, es ese fuego ardiente en el corazón.

Podrían decir: "Bueno hasta acá llegue. Hice todo cuanto pude, mejor a otra cosa". Pero saben que no pueden, aman a Dios y no pueden dejar de servirle, es un fuego ardiente metido en los huesos.

Si estas pasando por esto reanimate. No busques mas escusas que aflijan tu corazón y siente ese fuego metido en tus huesos pues es tu pasión! es eso que Dios puso en ti para que nada ni nadie te separé de Él.

David Wilkerson en su sermón sobre este texto instó:

"Querido santo, no sé cuál será tu lucha específica. Puede que estés en medio de la noche más oscura que hayas conocido. Los cielos parecerán de bronce a tus oraciones.

Pero yo sé esto: Dios ha puesto un fuego en tus huesos y ese fuego aun arde. Puede que solo quede una chispa; pero el Espíritu Santo está soplando sobre ella. Él es fiel para encender la llama de nuevo en ti. Él te está levantando, para restaurar el llamado original a tu vida. Y él estará contigo a través de cada noche oscura.

¡No permitas que diablo te derrote!"


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Tu gracia la sostiene.
Por amor de su nombre.
Y llegarás a su presencia.

El mencionado sermón de David Wilkerson puedes leerlo aquí: http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts040531.htm

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