Soldados de Cristo - Leyes de guerra 2.

Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Deuteronomio 20:10.

Ahora todo parece estar listo para la victoria. Ya estamos en un campamento de Dios, hemos sido escogidos y recibido el llamado, nos hemos puesto la armadura de Dios y estamos confiados en que él peleará con nosotros... y allí está la ciudad a conquistar para Cristo.

Una vez mas Dios nos da instrucciones.

Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Deuteronomio 20:10,11

En este articulo hablaremos de la obra evangelizadora.

Intimarás la paz.

Si comparamos Lucas 9:57-62 vemos que coinciden con el mensaje de la primera parte de la ley de guerra de Deuteronomio 20. Es decir que si queremos seguir a Cristo y pelear a su lado debemos dejar toda preocupación de lado y ponerlo en primer lugar a él.

En el capitulo 10 de Lucas da instrucciones directas sobre la evangelización en las ciudades y dice:

No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. Lucas 10:3-6

Esta debe ser nuestra actitud a la hora de evangelizar. Lo que queremos es ganar a "los hijos de paz". Estos reconocerán el Espíritu Santo y abrirán sus puertas. Es importante entonces tener el Espíritu Santo, el Espíritu de Paz.

En la antigüedad los pactos de paz se realizaban con ofrendas y compartiendo alimentos. Del mismo modo Deuteronomio 20:11 dice: Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá.

Lucas 10:7 dice: Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.

Sí, si buscamos la paz, Dios nos dará recompensas por nuestro trabajo como sus soldados. Ganaremos hijos de paz y podremos compartir con ellos las bendiciones de Dios! Ciertamente esto es un gozo grande, una recompensa satisfactoria!

En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.

Mas si no hiciere paz contigo...

Claro que no todos querrán hacer la paz, pues, no todos son hijos de paz. Sin embargo no debemos pelear inmediatamente. Muchos asumen inmediatamente la postura de debatir por tener la razón y buscan cualquier método para convertir a quienes predican. Incluso algunos llegan al punto de derrumbar semillas que otros han plantado anteriormente y esto a causa de su orgulloso corazón.

En Lucas dice:  Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.

En Deuteronomio Dios dice que si no quieren hacer la paz y quieren pelar la cuidad debe sitiarse hasta que Dios la entregue.

Sí, una vez mas el punto determinante será confiar en que Dios nos dará la victoria. La batalla de Jerico es un claro ejemplo.

Si orgullosamente te precipitas a la batalla eso no resultará en nada bueno. Deja que Dios te diga cuando pelear, pues él los entregará en tus manos; ya sea para destrucción o para arrepentimiento y bendición.

No destruirás sus arboles que den frutos.

Sea como sea, Dios siempre estará con nosotros pelando y dándonos victorias. Observarás que a donde vayas siempre habrá palabra de Dios. Siempre te encontrarás que por donde vayas alguien a llevado el evangelio y hay palabra de Dios. Su palabra está en todos lados para bendecirnos.

En está ley hay un detalle que me encanta y muestra como Dios está en cada detalle.

Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla. Deuteronomio 20:19,20

Es genial! Cuando la mayoría utilizaría los arboles para crear armas de asedio y destruir la cuidad, Dios dice que no utilices los arboles para ese fin sino que te alimentes de ellos. Solo los utilizarás si son arboles sin fruto. La cuestión es que cada árbol servirá para la victoria.

Podemos decir que estos arboles son semillas que han sido plantadas en los corazones de las personas y ahora se han convertido en arboles. Diferentes acontecimientos los han llevado a ser quienes hoy son. Utiliza lo bueno, aprovéchalo como una bendición de Dios y lo malo utilízalo para derribar a quienes quieren pelar en contra del evangelio.

Ahora si tu vas dispuesto a destruir todo, nada te será de provecho :) Por tanto sigue este punto de la ley, es mas valioso de lo que imaginas.

Dios siempre te dará la victoria, el alimento y las armas están allí, están en todos lados. El está vayas donde vayas. Confía el Él y Él peleará contigo y tu con Él.

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Con todo la guerra no es solo salir a conquistar a los hijos de paz y derribar a quienes quieren la guerra en la obra evangelizadora. Existe otra batalla y es un tanto mas personal. Esta guerra no es contra sangre y carne sino contra las potestades de este mundo y nuestra naturaleza pecaminosa.

Espero que Dios me permita escribirles prontamente sobre estos asuntos y pueda ayudarlos a ser mejores soldados de Cristo. Dios los bendiga!

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