Vida en abundancia.

Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”


He visto, escuchado y leído mucho sobre este pasaje. Pero la mayoría de estas predicas realmente están sacadas de contexto, pues solo leen este verso e inmediatamente saltan a otro pasaje más conveniente para su mensaje.

Primero es necesario entender que Jesús no le está hablando simplemente a una persona sino a un grupo de personas.

Jesús está hablando a un pueblo oprimido no solo por sus dominadores (los romanos) sino también por un grupo religioso corrupto que somete al pueblo espiritualmente.

Para entender esto veamos el contexto y la escritura a la que Jesús hace referencia.

Luego de sanar a un ciego de nacimiento, la magnitud de este milagro cobra importancia. Con el fin de desmentir este hecho los fariseos interrogan al ciego para conseguir que este desmienta el milagro. Contrario a eso el ciego reconoce haber sido sanado. Por lo cual los fariseos lo expulsan de la sinagoga.

La crueldad y la ceguera de estos líderes religiosos era tal que no podían contentarse con ver a un ciego sanado. Los milagros de Jesús comenzaban a quitarles poder religioso y político. Por tanto lejos de apoyar estos hechos de gran regocijo, pretendían sumergir al pueblo a condiciones aun peores.

Jesús da la siguiente palabra.

Juan 10:1-16. 1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, el tal es ladrón y salteador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las conduce afuera. 4 Y cuando ha sacado sus propias ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino que huirán de él; porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta parábola les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. 15 Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Muchos no podían entender esta enseñanza pues no conocían la palabra, de hecho ni los líderes religiosos comprendían.

Pero lo que Jesús hace es acusar a estos líderes de someter al pueblo y en cambio el viene a traer justicia. Esto lo vemos en el pasaje de Ezequiel capitulo 34. 

Ezequiel 34:1 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dice Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, pero no apacentáis las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no hicisteis volver la descarriada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia; 5 Y ellas fueron dispersadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron dispersadas. 6 Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y por toda la faz de la tierra fueron dispersadas mis ovejas, y no hubo quien las buscase ni preguntase por ellas. 7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño ha venido a ser por presa, y por falta de pastor mis ovejas han venido a ser por comida a todas las fieras del campo; y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9 Por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová: Así dice Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.
...Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré descansar, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la perdida, y haré volver la descarriada, y vendaré la perniquebrada, y fortaleceré a la enferma. Mas destruiré a la engordada y a la fuerte. Yo las apacentaré con justicia.

Vemos como Dios habla de la crueldad de estos pastores que olvidaron su justicia. Pero Dios promete un pastor y un pacto de paz.

23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y Él las apacentará; a mi siervo David; Él las apacentará, y Él será su pastor. 24 Yo Jehová seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. 25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y haré cesar de la tierra las malas bestias; y habitarán en el desierto seguramente, y dormirán en los bosques. 26 Y haré a ellos y a los alrededores de mi collado una bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán. 27 Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán a salvo sobre su tierra; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo haya quebrado las coyundas de su yugo, y los haya librado de mano de los que se sirven de ellos. 28 Y no serán más por presa a las naciones, ni las fieras de la tierra los devorarán; sino que habitarán seguros, y no habrá quien los espante. 29 Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30 Y sabrán que yo Jehová su Dios soy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. 31 Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi prado, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

Entonces Juan nos relata otro acontecimiento en el cual el Señor deja claro que el es este pastor el cual trae un nuevo pacto de paz y de justicia.

Juan 10:22-30 Y en esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación, y era invierno. 23 Y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos has de turbar el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y mi Padre uno somos.

Hoy muchos pretenderán mediante este pasaje convencerte de que Dios quiere que tengas no solo salud sino también prosperidad económica. Y buscaran sacar provecho para engordarse ellos mismos.

Pero el Señor está hablando de otra cosa. Está hablando de que por medio del amor, de la compasión y la justicia es posible un mundo mejor donde todos podamos vivir en paz.

Está hablando de sanar a los enfermos, de fortalecer a los débiles y llamar a los perdidos. De que no pienses solo en vos, porque si pensás solo en vos otros van a seguir sufriendo. Habla de que Dios te cuida y vos tenés que cuidar de los necesitados.

Pero por sobre todo habla de seguirlo a Él. Jesús nunca se conformó al sistema religioso opresor. El siempre protegió a sus discípulos y no solo les dio lo necesario, también dio su vida por ello, por nosotros.

Esto no se logra con religiosidad, se logra con una relación personal con Jesús, con oír su voz y conocerle.

Sientes abundancia en tu vida?

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