Lucas 11:38

Un gesto de humildad.



Lucas 11:37-40. Y luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús, se sentó a la mesa. Y el fariseo, cuando lo vio, se maravilló de que no se lavó antes de comer. Y el Señor le dijo: Ahora, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera de la copa y del plato; pero por dentro estáis llenos de rapiña y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de dentro?

En una oportunidad hablando de ese pasaje con unas mamas que colaboran en un comedor comunitario les pregunte ¿Por qué Jesús no se lavo las manos? Y su respuesta tan sencilla era lo que yo esperaba.

Cuando les pregunto a hermanos cristianos sobre esta enseñanza, responden que Él quería demostrar que lo más importante es estar limpio por dentro y esto realmente es así.

Al igual que en el tiempo de los profetas, los líderes religiosos sometían al pueblo a una pobreza significativa y exigían a la gente humilde hacer grandes sacrificios.
Jesús lo sabía y se compadecía de la gente pues pasaba mucho tiempo con el pueblo (Marcos 8). Enseño a sus discípulos la importancia de atender a las necesidades de los pobres y necesitados (Mateo 25:31-46).

Entonces Jesús decide hacer lo que los profetas de la antigüedad como Isaías y Jeremías hicieron, denunciar a estos líderes ciegos que por seguir tradiciones se olvidaron de la justicia y la misericordia.

Lucas 11:41 y 42. "Pero dad limosna de lo que tenéis; y he aquí, todo os es limpio. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza; mas el juicio y el amor de Dios pasáis por alto. Esto os era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro".

Estas mujeres que participan en el comedor comunitario “Ciudad del jardín Evita” del barrio El libertador son madres humildes.

Todos los días despiertan con el desafío de llevar adelante su hogar con lo poco que tienen. Dan de su tiempo para llevar adelante este comedor comunitario donde reciben a niños que llegan con su tasa para que les sirvan su mate cocido. Por un instante madres y niños se olvidan de las responsabilidades y de los juegos para compartir el mate todos juntos en esa gran mesa. Algunos vienen limpitos y a otros se les olvida lavarse, pero aquí todos son iguales.

Entonces vuelvo a preguntarles ¿Que quiso transmitirles Jesús al no lavase las manos?
Y la respuesta es sencilla: HUMILDAD

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” Mateo 11:28-30

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